UN LUNES CUALQUIERA…

Hay momentos del día que me viene la inspiración en cualquier lugar y tengo esa necesidad impaciente por escribir.

Pues bien, ahora mismo me encuentro en ese momento de necesidad plena.

Estoy aquí sentada en la cafetería de todas las mañanas. En mi media hora de desayuno donde aprovecho estos minutos para leer o escribir mi siguiente capítulo…

Hace semanas que no os traigo una historia nueva, por lo que antes de nada tenéis que perdonarme. Pero es que tengo tantos campos abiertos que lo único que necesito es ¡tiempo!

«Esta historia comienza un lunes cualquiera, en la terraza de nuestra cafetería/pub favorita.

Este lunes no celebramos nada en especial. Al igual que siempre, solo hacemos por vernos y no perder el ritual de juntarnos aunque solo sea una vez a la semana.

Las tres estamos metidas de lleno en el mundo laboral desde hace dos años aproximadamente, por lo que cada día nos resulta más difícil coincidir…

-¡Quiero unas patatas fritas!

-Ya estamos…

-¿Qué pasa? ¿Solo he dicho que quiero unas papas? Tengo antojo… -Marina se queja.

-¿Y quién te ha preñado si se puede saber? ¿El Espíritu Santo?

-No tengo que estar preñada para tener antojos. ¡¡Espabilada!! -Marina se defiende de los ataques de Noe.

-Tengamos la fiesta en paz chicas… -intento calmar el ambiente mientras bebo mi cerveza fresca. Que me sabe a gloria y que en estos momentos no los cambio por nada.

-¿Y tú…? ¿No hay nada por ahí que debamos saber?

Las dos me miran poniendo toda la atención en mí. Me atraganto con la bocanada que tengo en la boca, eso o espurrear todo el líquido en su cara.

-Uuuuhhh… eso significa que tienes mucho que contar. -Marina insiste y ahora las dos están compinchadas en contra mía…

-No hay nada que contar cotillas.

Mis dos amigas insisten deseosas de nuevos cotilleos. Pero a mí no me apetece nada contarle que…

Mi compañero de trabajo, del que vivo enamorada y con el cual conseguí quedar ¡por fin! Este domingo me dejó más que plantada.

Ellas siguen hablando, cada una con su propia teoría, y yo… aunque no tenga ganas de hablar del tema no puedo dejar de reírme porque las dos parecen que están haciendo un monólogo por separado.

¡Son de lo que no hay! Pero las quiero a rabiar.

Al finar termino cediendo y se lo cuento tal cual, sin ningún rodeo…

-Chicas… No hubo cita…

-¡¡¿Qué?!!! -Las dos se ponen de acuerdo para gritar al mismo tiempo.

-Que- no- hubo- cita. -Les repito palabra por palabra como si no entendieran mi idioma.

-Ayer tarde llegué al sitio acordado y no se presentó nadie. -Y entonces al recordarlo es cuando se me vuelve a caer el alma a los pies…

-¡¡Será cabrón!!

Y mientras les dejo que maldigan a sus anchas yo voy a por la segunda caña de la tarde y me la bebo de un solo sorbo…

Las dos se me quedan mirando con la boca abierta y el gesto que viene a continuación es la de levantar la mano para pedir una tercera caña.

-Y entonces… ¿hoy cuando te lo has cruzado qué te ha dicho? ¿Por qué se habrá excusado con algo no? -Marina sigue con su retahíla de cuestiones y respuestas.

-En la hora del café ha sido cuando nos hemos encontrado…

-¿Y…? -Noe se impacienta cada vez más.

-Y nada. Me ha saludado como cualquier otra mañana y tan campante.

-¡Que hijo de puta! -Noe le insulta con rabia y Marina asiente dándole la razón.

-¿¿Pero tú no le has dicho nada??

-¿Y seguir rebajándome…? ¡¡Paso!!

Delante de ellas me hago la fuerte porque no quiero compasión ni siquiera me apetece seguir hablando más del tema.

Pero lo que mis amigas no saben es que anoche estuve llorando hasta quedarme dormida, que hoy para el trabajo me he tenido que echar doble capa de maquillaje para poder tapar mis ojeras y me he tenido que tomar tres cafés para ser persona.

Esa cita era muy importante para mí, llevaba meses esperándola. Más exactamente cuando Víctor se me insinuó e insistió tanto en quedar conmigo a solas durante la cena de empresa. Ahí fue cuando comenzó mi esperanza por tener algo con él…

Pero la realidad es otra…»

Continuará…

(Pero solo si tú quieres.)

¡Feliz tarde mis queridos lectores!

Publicado por Sandra Ruiz

Amante de los libros que me dejan huella. En ocasiones escribo y en muchas otras sueño despierta...

Un comentario en “UN LUNES CUALQUIERA…

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: