
Primera parte: https://sandraruiz.blog/2019/10/14/esta-es-mi-historia/
-Háblame de tu madre, Lidia. Dime un recuerdo. El primero que te venga a la mente.
Un nudo se me hace en la garganta. Respiro hondo, el cuerpo se me encoge y los músculos me duelen de tan tensos que los tengo.
– Vainilla. El olor a vainilla me recuerda a ella. -Cierro los ojos y pienso en todas las veces que he olido a vainilla-. Cada vez que me ponía ropa limpia olía a ese dulce olor, mi casa entera olía a ella…
Sonrío sin darme cuenta porque ese recuerdo es tan agradable que me hace sentir como en casa.
-Cuéntame más recuerdos, Lidia. -Claudia sigue indagando dentro de mí…
Continúo con los ojos cerrados y empiezan a venirme momentos a la cabeza como por arte de magia y sigo relatando todo lo que se me viene en esos instantes. Esos recuerdos pasan por mi mente como una película a cámara lenta.
-Estoy en mi habitación, leyendo un libro y escucho el jaleo de ollas y platos, vienen de la cocina. Es mi madre, seguro que indagando alguna receta nueva. Me encanta escucharla por mi casa trastear… eso me relaja. Cuando está ella siempre me quito los cascos del mp3 para poder escucharla mejor.
Dos lágrimas resbalan por mi cara mientras sigo hablando y recordando pequeños momentos.
-Me ponía de los nervios que siempre estuviera encima de mí con el tema de la comida, pero cuando cada noche venía a mi habitación a traerme un vaso de leche calentita me lo bebía sin rechistar. Era un ritual, todas las noches antes de acostarse me traía ese vaso que me bebía sin ningunas ganas, pero me gustaba que lo hiciera. Desde que me falta ella lo echo tanto de menos que daría lo que fuera por volver a sentirme así, aunque fuera solo una vez más.
-Lo estás haciendo muy bien Lidia. Ahora cuéntame los recuerdos que tienes de tu padre.
Abro los ojos y la miro entre una mezcla de tristeza y miedo. Mucho miedo, porque es exactamente eso lo que me provoca su recuerdo.
-No me pidas eso, por favor. -Le suplico a Claudia.
El corazón se me acelera porque todos los recuerdos que tengo hacia esa persona son horribles. Para mí lo que hace referencia a la figura de padre dejó de existir desde hace mucho tiempo e incluso nunca la he llegado a reconocer como tal.
-Vas muy bien Lidia, como hace tiempo que no ibas… tenemos que continuar con la sesión. Sé que es duro. -Claudia deja su silla para sentarse en el mismo sillón en el que estoy yo-. Tenemos que hablar del tema para que puedas verlo desde otra perspectiva, para quitar esa espina que aunque tú creías que no te afectaba tiene mucho que ver en tu depresión. Tienes que hablarme de tu padre y decirme que piensas. Aunque sea solo un poco… por hoy será más que suficiente.
Continuará…
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