
Hoy me dirijo expresamente a una de mis lectoras potentes y digo «potentes» porque son de esas personas mágicas que han leído todas mis novelas y con la de Recuerdo para no olvidar se identificó muchísimo. Me escribió un comentario por privado que hizo que se me saltaran las lágrimas. Hoy hemos vuelto a hablar, me ha pedido mi tercera novela y en nuestra conversación de la vida me ha hecho pensar… Por eso estas palabras se las dedico a ella y por supuesto a toda persona que se sienta identificada.
Querida lectora:
Te conozco y a la vez te desconozco, se algo y nada de tu vida, pero lo importante creo que lo sé…
Sé que eres una persona luchadora y no hablo de sueños. Hablo de luchadora de vida, que es más, mucho más importante.
Sé que eres una persona positiva, pero no porque hayas nacido con esa virtud sino porque la vida te ha enseñado a serlo.
Sé que tienes momentos de bajón, porque hasta la persona más feliz los tiene, son inevitables, porque es el pan de cada día.
Sé que tienes buen corazón porque entonces no te hubieras cruzado en mi camino, tan sólo un «gracias disfruta de la novela» hubiera sido suficiente y no esas conversaciones especiales que se quedan adentro, aquí, exactamente en el pecho.
Sé que sonríes mucho y no porque me lo hayas dicho, pero sé que las personas como TÚ, luchadoras de la vida tienen la habilidad de sonreír constantemente.
No hay un destino, no hay bueno o malo, no hay una mala o buena suerte…
Hay una vida, una persona, un alma, un corazón y las ganas de vivir.
Quédate con que tú lo mereces; lo bueno, lo importante, lo exclusivo, lo único, lo dulce, lo cálido… Por el simple hecho de ser todas esas cosas que más arriba he descrito.
Hay momentos mejores o peores, pero seguro que de cada cosa sacas algo bueno…
¿Por qué?
Porque las personas como tú y yo tendemos a sacar lo mejor de esta existencia.
Sonríe, porque ese don no lo tiene todo el mundo.
Pd: caminos que se cruzan y conectan sin darse cuenta son los que se quedan clavados en alguna parte de nuestra mente.
¡Feliz vida!