
Querida amiga:
Hoy te escribo para preguntarte algo importante, algo que lleva dando vueltas en mi cabeza desde que tengo uso de razón.
He de decirte que no soy la única persona que se lo pregunta una y otra vez.
Ni soy la única que intenta entender esas situaciones que arrebatan tanto. Que te quitan el tiempo, que a veces no hay una despedida, y si la hay… suele ser cruel y dolorosa.
No soy yo la que a veces no quiere entender, pero en ciertas ocasiones la ignorancia nos da fuerza y alas para imaginar que nada de lo que ha pasado es real.
No soy la única que busca otras salidas y que piensa que después hay otra vida.
Querida amiga. Hoy te escribo para preguntarte que… ¿por qué has venido a este mundo?
Me gustaría que tu existencia solo estuvieran en los cuentos, pero solo en los que no hablan de realidad.
Yo he vivido tu presencia, he sentido tu aliento, he respirado tu amargura, he visto el dolor, he olido la angustia, he saboreado la impotencia y me he preguntado mil y una vez que… ¿por qué diablos tienes que existir? ¿Y cuál ha sido la respuesta? porque es ley de vida.
Querida amiga, ayuda a entenderte porque cada día nos resulta más difícil hacernos a la idea de que tú, querida muerte, eres ley de vida…
«A veces escribo lo que llevo dentro otras veces lo que arrastro desde hace tiempo.»